Centro Psicológico Loreto
¿Qué es la Terapia asistida con animales (TAA)?

Los animales proporcionan a las personas un vínculo de seguridad y aceptación emocional innegables. A través de la TAA conseguimos descontextualizar el trabajo terapéutico y educativo. La presencia de la mascota nos permite contar con un elemento motivacional infalible en el establecimiento de la alianza terapéutica y en la adherencia al tratamiento que nos facilita la comunicación y la consecución de objetivos, así, la TAA está cada día más consolidada como una potente ayuda terapéutica, complementaria al tratamiento convencional de distintas problemáticas físicas y psicológicas en diferentes colectivos, especialmente en niños y personas mayores.
Son Intervenciones en las que un animal es incorporado como parte integral del tratamiento siendo un complemento potenciador del tratamiento o la terapia principal en algunos casos. Dirigida por un profesional sanitario y/o social. Incluye definición de objetivos generales y específicos, un diseño del programa terapéutico y necesariamente una evaluación pre y post.
Diversos estudios, como el realizado por Katcher, Segal y Beck en 1984, comprobaron que en niños hospitalizados tras contemplar un acuario presentaban un descenso en la presión sanguínea, menor excitación fisiológica y una reducción de la ansiedad. Anderson et al., (1991) realizaron una investigación en una muestra de 6.000 pacientes. Los que tenían mascota presentaban niveles más bajos de tensión arterial, colesterol y triglicéridos. Asimismo, se han encontrado hallazgos similares en niños autistas a través de la interacción con animales, observándose en estos niños una mejor concentración, interacción social y emociones positivas.
Se considera Boris Levinson como el padre de la terapia con animales, fue quien acuñó el término y dio entidad al concepto de animales terapéuticos o co-terapeutas. En 1969 publicó Pet-oriented child psychotherapy, donde describe numerosos ejemplos de cómo los animales podrían potenciar las terapias y definió los beneficios que su perro Jingles aportó a las sesiones con un niño (Kruger, 2004): Acelera el enganche terapéutico, fortalece la alianza terapéutica, Aumenta la motivación del paciente.
Levinson vio que se obtenía mejores resultados con niños inhibidos, esquizofrénicos, introvertidos, obsesivos-compulsivos. Resultando especialmente útil para los niños autistas, dado que el perro, actuando como un puente, le ayuda a conectar con la realidad, estableciendo primero una relación con el animal, después con el terapeuta y finalmente con los demás. Este autor planteó la necesidad de más investigación controlada, selección y entrenamiento riguroso del animal.
En el hospital psiquiátrico de la Universidad Estatal de Ohio Corson et al., (1976) realizaron un programa para validar la TAA usando perros con 50 pacientes que no respondían al tratamiento tradicional. Los pacientes mostraron un aumento de la independencia, autoestima y capacidad de asumir responsabilidades para el cuidado de los animales.
La utilización de esta terapia es habitual en EE.UU. y Europa donde cuentan con década de experiencia y multitud de asociaciones y centros dedicados al adiestramiento riguroso de animales, formación de profesionales, visitas a hospitales etc. En 1987 se creó la fundación Purina en España, actualmente Affinity, entre sus proyectos implantaron programas de TAA, en colaboración con la Sociedad Española de Psiquiatría, dirigidos a diversos colectivos, entre ellos niños y adultos y niños con autismo.
En otro post ampliaremos información sobre los beneficios de esta terapia complementaria en personas con autismo.
Cristina Vergara | Psicóloga Col. Nº M-30571
Centro Psicológico Loreto Charques
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