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Conceptos básicos de modificación de conducta


Modificación de conducta
Modificación de conducta

El mecanismo por el cual nuestros #hijos crecen como crecen y se comportan como lo hacen, depende de muchísimos factores, algunos conocidos y otros desconocidos. Entran en juego factores #genéticos y #ambientales, #aprendizajes, vivencias de #experiencias tanto placenteras como traumáticas, influencia de la cultura, los modelos que el niño toma como referencia entre amigos y adultos, información procedente de medios de comunicación. Las variables son muchas y variadas, pero hay unas reglas básicas, bastantes sencillas, que nos ayudarán a modular y a apoyar a nuestros hijos en el #desarrollo y establecimientos de #conductas que le ayuden a adaptarse y tener una vida sana, y por otra parte a mitigar o descartar conductas inadecuadas con consecuencias más o menos nefastas en su vida. Hemos hablado mucho, en diferentes artículos de la regulación emocional, hoy vamos a ver parámetros relacionados con las repercusiones pragmáticas que siguen a nuestros actos.


Debemos partir de tres premisas que aunque sencillas son universales:


  • Toda conducta que va seguida de estímulos o acontecimientos gratificantes, tenderá a repetirse con incrementos en frecuencia e intensidad.

  • Toda conducta seguida de un estímulo o acontecimiento aversivo o desagradable, tendera a evitarse y por lo tanto a desaparecer.

  • Toda conducta sin consecuencias, ni positivas ni negativas, tenderá a desparecer en el tiempo, lentamente.

En este artículo veremos cómo usar la primera premisa, para aumentar conductas. Los elementos básicos son:


  • Refuerzo positivo: Aportación de un estímulo que el chico desea. De tipo material: Piruleta, consola, tiempo de juego. De tipo social: Atención, tiempo de dedicación, elogios, cariño, contacto físico, besos. El social es el más importante y potente.

  • Refuerzo negativo: Se trata de retirar un estímulo no deseado, aversivo. Ejemplos: Eludir un problema, escaparse de un examen, evitar una reprimenda, retirar un castigo (siempre está mal hecho, una vez se establecen unas consecuencias deben ser aplicadas en su totalidad).


Por lo general en la infancia, el niño verbaliza desear un bollo, un videojuego, ver una película, pero inconscientemente, lo que realmente necesitan es #aceptación #incondicional y #cariño. Resulta mucho más potente prestarles #atención, pasar tiempo con ellos, o un abrazo, que cualquier premio material.


La incidencia de refuerzo será mayor según dos reglas:


  • Cuanto más cercano sea en el tiempo.

  • Cuanto más intenso/deseado sea, subjetivamente para nuestro hijo.


Siempre que deseemos que una conducta deseable de nuestro hijo se reproduzca en mayor frecuencia e intensidad, deberemos aplicar refuerzo positivo, preferiblemente de tipo social, mucho más sano y beneficioso para su crecimiento personal.


Incluso cuando lo que queremos es que desaparezcan conductas inadecuadas nos podremos servir del refuerzo. La estrategia será premiar conductas deseadas, con atención, reconocimiento y elogios, para que esta se incremente, quitándole espacio a conductas no deseadas.


Siempre el refuerzo, por definición, debe aplicarse después de la conducta deseada. Si se entrega el pastel antes de comenzar la carrera, el esfuerzo no será el mismo, si es que se hace algún esfuerzo. Aprender a valorar el esfuerzo y el sacrificio es un aprendizaje importantísimo. Cuando algo se consigue gratuitamente, ni se valora, ni se agradece. Hace falta sufrir el éxito para tenerle alguna estima. Cuando el rendimiento tiene frutos, la #autoestima crece porque genera creencias del tipo “valgo”, “soy capaz”, “tengo recursos”. Si las cosas me vienen dadas, mi autoestima será superficial y frágil. Necesitaré un flujo constante de refuerzos gratuitos para mantener una débil estabilidad emocional.


Hay que tener cuidado con el refuerzo negativo. Nos lo podemos encontrar en la cotidianidad perpetuando algunas conductas perjudiciales. Se vincula a conductas de evitación, o de escape, de situaciones desagradables, o temidas.


Si se trata de una situación no deseada: falto a clase, o me salto un examen… su perpetuación en el tiempo puede generar un estilo de afrontamiento evitativo de los problemas, acompañado de baja tolerancia a la #frustración, deterioro de #habilidades sociales, recursos personales…


Ante situaciones temidas: fobias, consumir drogas para olvidar los problemas, o para acallar las emociones… produce un efecto de “incubación de la #ansiedad”, cada vez que se evita la ansiedad/fobia de una situación temida, esta se incrementa, será cada vez más intensa.


En el próximo artículo veremos cómo hacer disminuir conductas que no deseamos.

Si necesitas consejo sobre cómo aplicar estos principios, o no sabes cómo atajar alguna de las situaciones complicadas descritas, no dudes en recurrir a nosotros. Hay problemas que son mucho más comunes de lo que imaginamos, y cuya solución no está tan lejos.


Javier Hernández Matas | Psicólogo Col. Nº M-20253

Centro Psicológico Loreto Charques

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