“La vida infringe los mismos contratiempos y tragedias tanto en el optimista como en el pesimista, sólo que el optimista las resiste mejor.” - Martin Seligman
La #incertidumbre se define como la falta de #confianza o #seguridad sobre algo futuro (trabajo, salud, pareja…), en ocasiones, provoca sensaciones de #angustia, #inseguridad, #inquietud, #miedo, y puede desencadenar en #ansiedad. Es la máxima expresión de salir de nuestra zona de confort.
Poseer referentes de futuro inmediato nos ayuda a pensar y sentir que nuestra vida se encuentra organizada y controlada, sin embargo, nos encontramos en un mundo complejo, donde nos toca, sí o sí, convivir con la incertidumbre, por ello, mantener el #equilibrio, la #serenidad y el #optimismo se convierte en un reto importante y necesario.
La incertidumbre no nos afecta a todos por igual, ni las mismas circunstancias nos afectan de la misma forma, podemos poseer un afrontamiento complicado en unas situaciones y una actitud optimista y fluida en otras. Trabajar nuestro #autoconocimiento será un factor clave para comprender las fortalezas con las que contamos, las áreas de mejora que poseemos y los aprendizajes que podemos incorporar para facilitarnos estas situaciones.
Cuando la incertidumbre aparece en nuestras vidas, nuestra mente comienza a emitir pensamientos con expectativas negativas frente a posibles amenazas, esto nos repercute a nivel físico y mental, por ende, se transforma en un alejamiento de nuestro bienestar, pasando de estar enfocados en nuestro presente a derivar nuestra atención a un futuro incierto.
A continuación, os indico algunas estrategias para gestionar la incertidumbre:
Acepta la incertidumbre, es parte de la vida, el cambio es constante, aceptemos lo desconocido. Comprende que la vida no es lineal y presenta cambios en nuestro camino, por ello, tenemos la posibilidad de desarrollar áreas de mejora y aprendizajes en la gestión de la misma.
Acepta y analiza tus emociones, ¿qué te indican?, ¿de qué te avisan?, ponle nombre a lo que sientes. Muchos de nuestros miedos y temores son proyecciones, no son reales, identificar nos ayudará a poner rumbo a nuestra acción. Crea un espacio en tu vida para el malestar que te produce, desde ahí permítete escucharte y dialogar contigo.
Analiza tus creencias limitantes, estas gobernadoras invisibles de nuestra mente pueden estar operando como un filtro en situaciones que te desestabilizan. Se basan en experiencias previas de nuestra vida que interpretamos e interiorizamos como ciertas.
Ante una situación que te genere incertidumbre, trabájalo con plena consciencia, no dejes tu mente en automático, regula tus pensamientos, no podemos controlar todo lo que nos llega, pero si podemos aprender a decidir qué hacer con ello.
Ponte en acción, anticípate, si hay algo que te anda rondando, que te preocupa y temes que ocurra, ponte manos a la obra, te convertirás en parte de tu proceso de mejora y eso te ayudará a aumentar tu autoestima.
Disfruta tu presente, en ocasiones olvidamos que el “hoy” es nuestro regalo más preciado, vivir de forma consciente nos ayudará a valorar lo que tenemos y tratar de sacarle el máximo partido.
Valora si aquello que te está preocupando se encuentra en tu área de control, ¿hay algo que dependa de ti?, ¿puedes hacer algo para mejorar la situación?, si la respuesta es afirmativa, podrás diseñar un plan de acción de forma proactiva, si la respuesta es negativa, sopesa el valor de invertir tanto tiempo y energía en ello.
Trabaja tu optimismo, te ayudará a producir un estado de ánimo que tiende a favorecer el bienestar, facilita el ajuste psicológico e incide favorablemente en los diferentes ámbitos de la vida (familiar, salud, profesional… etc.).
Esperamos que este artículo te ayude, si necesitas afrontar este tema con ayuda profesional, estaremos encantados de acompañarte.
Esther Cazalla Briz
Coach acreditada por ASESCO
Centro Psicológico Loreto Charques