Centro Psicológico Loreto
La Psicología positiva

Es una rama de la psicología moderna, que vislumbra muchas posibilidades y da otros enfoques para complementar las terapias más conocidas, como la cognitivo-conductual.
Toda persona en la sociedad quiere alcanzar la felicidad, en definitiva sentirse mejor a nivel emocional, al margen de la ausencia de enfermedades físicas. La psicología tradicional se ha centrado más en los problemas y síntomas, sin embargo, la psicología positiva no se centra tanto en los problemas si no en aquello que nos proporciona bienestar, estudia los constructos y modelos que están presentes en las personas felices, y cuenta con herramientas potentes de trabajo, sea cual sea la orientación teórica de cualquier psicólogo o terapia que se esté llevando a cabo. Ayuda a hacer cambios significativos a nivel de optimismo, autoestima y crecimiento personal, por ejemplo.
No obstante, cuando nos encontramos ante una enfermedad o patología de salud mental, como una depresión o trastorno de ansiedad diagnosticado, es fundamental trabajar desde el conocimiento de las problemáticas y trabajar desde diversos enfoques; es más, no todas las técnicas ni enfoques teóricos de la psicología sirven para todas las personas, es cierto que algunas, como la terapia cognitivo-conductual cuenta con mucho respaldo científico detrás, pero estas corrientes tradicionales no son incompatibles con nuevos enfoques o técnicas de trabajo como nos puede aportar la psicología positiva, entre otras.
Lejos de charlatanerías como la ley de la atracción del universo (piensa en cosas felices y atraerás felicidad) la psicología positiva tiene un origen científico, con investigaciones que dicen que desarrollar las emociones positivas y el bienestar es posible, como a través del mindfulness o meditación, descubrir tus logros y fortalezas, y darle un sentido a las cosas que hacemos para tener propósitos y objetivos. La psicología positiva afirma que hay algo llamado “flow”, ese nivel de activación óptimo en el cual la persona se siente relajada y se deja llevar, perdiendo hasta la noción del tiempo, que incrementa la sensación de bienestar.
Diversas organizaciones fundamentan científicamente esta corriente psicológica como el Instituto Europeo de Psicología Positiva (IEPP) o la Sociedad Española de Psicología Positiva.
El psicólogo Martin Seligman, pionero de la psicología positiva, afirma que la felicidad no siempre depende de la riqueza o estatus social que poseamos, ni de nuestra belleza física ni religión. Comenta que la felicidad es un conjunto de “24 fortalezas” que nos protegen ante sucesos adversos en la vida: https://www.lavidapositiva.com/las-fortalezas-personales-en-la-psicologia-positiva/
Es importante matizar que no se debe usar sólo las técnicas de la psicología positiva a modo de consejos positivistas, sino enmarcarlas dentro de un proceso de intervención científica, pues el paciente también necesita comprender sus problemas de raíz, sabiendo lo que pasa y por qué nos pasa.
Una ejemplo de técnica derivado de este enfoque es el llamado “diario de gratitud”, esta técnica ayuda a darse cuenta de las cosas positivas por las que tenemos motivos para agradecer: al final de la semana, dedica un rato a anotar en un diario cinco cosas por las que estar
agradecidos, haciendo el esfuerzo cognitivo de alejar las ideas negativas, veréis que la percepción de lo que os pasa cambia al hacerlo durante un tiempo. Hay muchas más técnicas y modelos de actuación que iremos comentando más adelante en este blog.
Así bien, profundizar en constructos como la felicidad, las emociones, el sentido del humor, el optimismo, la resiliencia o las fortalezas personales, enriquece mucho las terapias y nuestra labor como profesionales.
Cristina Vergara | Psicóloga Col. Nº M-30571
Centro Psicológico Loreto Charques