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  • Foto del escritorCentro Psicológico Loreto

Nuestro cerebro frontal



No todas las partes de nuestro cerebro se encargan de lo mismo. Existe una localización bastante exacta que se encarga de desarrollar las conductas más inteligentes que conocemos en el ser humano.


Se trata del lóbulo frontal, o la parte cerebral que tenemos más adelantada, justo detrás de la frente.


Aunque todo nuestro cerebro se encuentra interconectado a través de “redes de neuronas”, es en esta parte frontal donde se registra actividad especialmente intensa cuando desarrollamos procesos que requieren atención sostenida, planificación y secuenciación de conductas organizadas, monitoreo o seguimiento de la ejecución, correcciones, ajustes, elecciones. En definitiva, juega un papel muy importante a la hora razonar, tomar decisiones y solucionar problemas.


También es la parte del cerebro que más tardíamente alcanza la madurez biológica y complejidad organizativa, lo que conlleva que este conjunto de capacidades anteriormente descritas son las qué más tardíamente se desarrollan en los niños, ocurriendo especialmente en el momento de la adolescencia.


Es frecuente que su desarrollo se vea afectado en niños que sufren retraso madurativo o que desarrollan TDAH, entre otras. Debemos aclarar que se puede potenciar la maduración cerebral en conjunto, y del lóbulo frontal concretamente, a través de entrenamiento y estimulación neurocognitiva.


¿Y esto qué es? No se trata de otra cosa más que de entrenar a los niños en tareas de atención, observación, memoria, organización de la información, planificación, control, supervisión, evaluación de los resultados, tareas de decisión, inhibición, fluidez, abstracción, síntesis, entre otras, además de conexión con centros emocionales, motivacionales y del refuerzo. En conjunto, lo que denominamos funciones ejecutivas.

Está demostrado que a través de la exposición gradual a tareas que conllevan este tipo de capacidades, mejora la interconexión del lóbulo frontal y otros centros cerebrales asociados debido a su plasticidad (capacidad para crear nuevas conexiones entre neuronas), ya que sencillamente lo ponemos a trabajar controladamente de manera localizada.


En resumen: ¿Es posible mejorar el funcionamiento cerebral? Si. ¿Cómo? A través de tareas de estimulación neurocognitiva, y con ello también mejorar el rendimiento general de los niños que cursan retraso en el desarrollo u otros déficit del procesamiento de estímulos o la información. A través de esa intervención logramos incrementar la eficacia y calidad general del procesamiento de la información y el funcionamiento organizativo y general desde edades tempranas.


Sergio Algar | Psicólogo Col. Nº M-22702

Centro Psicológico Loreto Charques


TAGS: Cerebro, lóbulo frontal, estimulación, cognitiva, neurocognitiva, funciones ejecutivas, capacidades, planificación, organización, secuenciación, evaluación, control, monitoreo, plasticidad cerebral, interconexión cerebral, retraso del desarrollo, TDAH.

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