Pedagogía de la resiliencia.

Pedagogía de la resiliencia.

Pedagogía de la resiliencia.

Educar en la realidad es una obligación social y familiar, la pedagogía a veces se nos queda en asignatura pendiente sobre todo pensando en el mundo actual, utilitarista, de inmediatez, un mundo supeditado a la eficiencia y donde frustrarse está a la orden del día. Un mundo donde no tiene cabida el fracaso ni el sufrimiento por ser interpretados como barreras para el triunfo.

Desde niños deberíamos estar entrenados y capacitados para ser resilientes y así evitar gran parte de la no aceptación de vivir como seres adultos mentalmente sanos capaces de enfrentarse a los desafíos y problemas que puedan surgir en la vida.

Cuidamos a los niños y les protegemos con vacunas, alimentación sana y múltiples técnicas que favorezcan un sano desarrollo para llegar la a vida adulta, pero a veces descuidamos la parte emocional y confundimos estar mentalmente sanos con evitar sufrimientos emocionales haciendo que la infancia no conozca la frustración, el dolor y el afrontamiento de dificultades acordes a cada edad.

Los niños pueden aprender a ser resilientes para poder ser adultos mentalmente sanos. No podemos evitar que un niño sufra, pero si podemos ayudar a que ese sufrimiento se transforme en crecimiento de futuro mentalmente sano.

¿Qué es la resiliencia?

Es a partir de 1940 cuando diversos autores empiezan a estudiar cómo las personas superan adversidades y traumas. Este estudio lleva a la conclusión de que existe una capacidad para recuperarse y adaptarse de manera positiva al estrés, problemas, adversidades y dificultades de la vida. Norman Garmezy, Victor Frankl, Boris Cyrulnik, Martin Seligman entre otros.

“Capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o una situación adversa.” (RAE)

“Capacidad de una persona para sobreponerse a los traumas y vivir una vida saludable después de haber experimentado una situación adversa.” “Proceso biológico, psicológico y sociológico cultural de empezar de nuevo.” (Boris Cyrulnik)

La resiliencia no es innata, se construye a través de la interacción con el entorno y las relaciones.

Puede y debe adquirirse desde niño e ir desarrollando con las sucesivas adaptaciones a las inconveniencias, dificultades y traumas de la vida.

En este proceso de desarrollo es crucial la intervención del adulto dentro de la familia y sociedad apoyando en la adquisición de habilidades que generan una red sólida que favorezcan el autoconocimiento, las relaciones interpersonales, la capacidad de adaptación, la resolución de problemas, consecución de metas, confianza en uno mismo, toma de decisiones, estrategias de educación emocional, valores de amistad, perdón, compasión y solidaridad. En definitiva aprender a identificar aceptar y gestionar las emociones, capacitar en un crecimiento en el esfuerzo aderezado de valores humanos donde el eje de la pedagogía positiva prime ante la imposición social de valores individualistas y por ende negativos que coartan el crecimiento personal.

Características y necesidades para ser personas resilientes:

• Conocimiento y aceptación de uno mismo.

• Autocontrol.

• Gestión de emociones.

• Ser realista y optimista.

• Perseverante.

• Flexible.

• Poseer una red de apoyo que favorezcan las relaciones interpersonales.

La resiliencia no es una moda es la única manera de sobrellevar la vida que cada ser humano le toca vivir de manera sana, saludable y por ello más feliz.

Cuca Fernández Maseda

Licenciada en Pedagogía

Centro Psicológico Loreto Charques