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Sistema de recompensa en niños TDA-H.

  • Foto del escritor: Centro Psicológico Loreto
    Centro Psicológico Loreto
  • 18 jun
  • 3 Min. de lectura
Sistema de recompensa en niños TDA-H.
Sistema de recompensa en niños TDA-H.

Sistema de recompensa en niños TDA-H.


Es frecuente para aquellos profesionales de la psicología que trabajamos con población infanto-juvenil con TDA-H, que los padres nos verbalicen en consulta frases como “Es como si nada lo motivara”, “es que todo le da igual”, “parece que lo único que funciona es cuando le toco el tema de los videojuegos” etc. Verbalizaciones que reflejan la realidad que sostienen muchas familias con niños TDA-H: una dificultad para generar una motivación y un interés sostenido en el tiempo en tareas de la vida diaria.


Aunque a priori pueda parecer una cuestión de falta de voluntad y otras veces de capricho, lo cierto es que la neurociencia tiene una explicación sobre este funcionamiento del cerebro, a través del llamado circuito de recompensa, un sistema neurológico que regula nuestra motivación y que actúa de forma distinta en niños con TDA-H que en niños sin TDA-H.


El TDA-H, no es solo una cuestión de inatención acompañada (o no) de hiperactividad. Es un trastorno del neurodesarrollo en el que diferentes circuitos y funciones cerebrales, entre las que se encuentra este circuito de recompensa, actúan de diferente manera. La neurociencia ha observado y demostrado que en niños con TDA-H:


  • La liberación de dopamina (neurotransmisor relacionado con la motivación, placer y aprendizaje) es más baja en ciertas áreas (como el núcleo accumbens o el cuerpo estriado). Al no existir una descarga de dopamina que amortigüe la frustración, su cerebro no regula bien las emociones, lo que puede derivar en rabietas o abandono de la tarea.

  • Se necesita más cantidad de estímulo para activar el circuito de recompensa. Por lo que muchos niños buscan estímulos intensos como hablar o moverse excesivamente, hacer ruidos.

  • El cerebro responde con más fuerza a recompensas inmediatas, y le cuesta más esperar por una recompensa demorada. Motivo que explicaría el por qué estos niños tienden a preferir y tener problemas de regulación con actividades de gratificación inmediata como el móvil, videojuegos etc. En ocasiones, aun sabiendo que hay una recompensa después al ser esta diferida disminuye su efectividad.


Entonces, ¿cómo podemos motivar a un niño con TDA-H?


  1. A través de recompensas inmediatas y frecuentes, ya que necesitan ver los resultados de su esfuerzo de forma clara y rápida.

  2. Siempre que sea posible, que sean recompensas visuales que hagan visible el progreso.

  3. Fraccionar las tareas, marcar objetivos pequeños, con pausas entre medias.

  4. Incluir estímulos motivantes en tareas repetitivas o aburridas, convertirlas en un reto, en un escape room, pensar juntos la forma de convertir el tostón en algo más cercano a lo que nos gusta, utilizar colores o materiales visuales.

  5. Validación constante y positiva a través del refuerzo emocional, celebrar los pequeños logros mostrando entusiasmo y dar un feedback positivo inmediato mantiene el sistema de recompensa activo. El niño aprende a través de nosotros autorreforzarse y valorar sus logros.

  6. Evitar los castigos excesivos o tardíos, ya que, al no responder con el castigo diferido, la conexión entre acción y consecuencia se diluye antes. Es preferible un límite claro, conciso y lo más cercano en el tiempo posible.


En resumen, entender cómo funciona el circuito de recompensa en estos niños nos ayudará a no sentirnos tan frustrados como padres, ya que adaptaremos nuestras expectativas, formas de motivar y estrategias educativas a sus características. Además, nos hará más eficaces, mientras promovemos su autoestima, rendimiento y calidad de vida.


Esmeralda Armada Ortega

Psicóloga Col. N.º M-29040

Centro Psicológico Loreto Charques

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