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TDA-H: Manifestaciones en el aula.

  • Foto del escritor: Centro Psicológico Loreto
    Centro Psicológico Loreto
  • 4 jun
  • 3 Min. de lectura
TDA-H: Manifestaciones en el aula.
TDA-H: Manifestaciones en el aula.

TDA-H: Manifestaciones en el aula.


Los profesionales de la educación deben ser conscientes de la situación privilegiada para detectar y observar cualquier anomalía que haga sospechar de un posible trastorno.


Algunos indicadores de disfunciones ejecutivas en el aula que correlacionan con #TDAH y fracaso escolar:


  • Niños capaces de memorizar nombres de futbolistas y no de sus compañeros.

  • Tamaños y trazos que no son correctos, lentos en la copia de la pizarra.

  • No entender lo que lee.

  • Ritmo de lectura por debajo de lo esperado para su edad cronológica.

  • Se confunde continuamente en matemáticas y dificultad en el cálculo mental, no logra aprender las tablas de multiplicar a pesar de estudiarlas.

  • Las respuestas orales y escritas son muy concretas.

  • No respeta las reglas ortográficas, aunque las conozca.

  • Le cuesta organizarse dentro de la página o de su pupitre.

  • Lento para terminar tarea o no las termina.

  • Persiste en sus errores.

  • Puede escribir letras o números en espejo.

  • No comprende instrucciones.

  • Trabajos desordenados, sucios y con tachaduras.

  • Se fatiga rápidamente en las tareas.

  • Posturas incorrectas al escribir.

  • Demasiada presión en el lápiz.

  • Inclinación defectuosa de las palabras en renglones


1ª Etapa (de 3 a 6 años)


  1. Manifestaciones en el lenguaje: Retraso del habla, retraso simple del lenguaje (fonética, morfosintaxis, léxica y pragmática)

  2. Desarrollo motor: Dificultad en la psicomotricidad fina y/o gruesa.

  3. Aspectos comportamentales: Excesiva conducta motora, bajo umbral de frustración, irritabilidad, problemas para aceptar los límites, impulsividad.


2ª Etapa (de 6 a 12 años)


  1. Estilo de aprendizaje: estilo cognitivo impulsivo, procesamiento global de la información.

  2. Falta de flexibilidad cognitiva: persevera en el error. Falta de estrategias.

  3. Fracaso escolar principalmente en el área de lecto-escritura y matemáticas.

  4. Aspectos conductuales y autoestima

  5. Conductuales: Conducta inatenta, conducta hiperactiva, conducta impulsiva (verbal y emocional)

  6. Desorganización y falta de autonomía. Problemas en la interacción con sus iguales.

  7. Autoestima: Baja autoestima, depresión.

 

3ª Etapa (de 12 a 16 años)


  1. Desarrollo cognitivo: Problemas para el paso a las operaciones formales, escasas estrategias en la resolución de problemas (M.T), Dificultad en establecer metas (planificación).

  2. Fracaso escolar: Pobres habilidades de organización, dificultades para elegir y mantener prioridades.

  3. Aspectos conductuales y sociales: Impulsividad, conductas desafiantes, conflictos interpersonales, negación y minimización de sus conductas problemáticas.


4ª Etapa (de 16 a 18 años)


  1. Etapa de plena explosión de la adolescencia.

  2. A nivel cognitivo: mismo estilo aprendizaje de etapa anterior y mismas dificultades con el pensamiento abstracto.

  3. Más riesgo de fracaso escolar, y abandono de estudios.

  4. Socialmente: más riesgo de conductas sociales disruptivas y de alto riesgo.


Este tipo de indicadores que se observan favorecen las consecuencias no deseadas tanto a nivel personal, académico y social cuando no son diagnosticados y tratados a tiempo.


Los tratamientos que se ha demostrado como eficaces son: Tratamientos Cognitivo conductual, farmacológico y tratamientos centrados en la familia.


El TDAH no es un trastorno que se vive aislado de las manifestaciones de la vida diaria, personal, familiar, social, académica, sino que se manifiesta en todas estas áreas.


Factores que contribuyen a la mejora:


  • Diagnóstico precoz.

  • Educación coherente/estabilidad familiar.

  • Conocimiento de los profesores/adaptaciones.

  • Colaboración padres-colegio.


Factores que contribuyen al empeoramiento:


  • Diagnóstico tardío.

  • Fracaso escolar.

  • Educación permisiva/severa y hostilidad.

  • Problemas de salud en el niño.

  • Precedentes de trastornos sociales/conductas antisociales.


Nuestra recomendación siempre, ante cualquier duda o indicador preocupante acudir a profesionales que evalúen la situación, no siempre las dificultades anticipan un trastorno, pero sí es verdad que ante las dificultades hay que intervenir y tratarlas.


No se necesita un diagnóstico para hacer una intervención psicopedagógica que sí es necesaria ante una dificultad que esté marcando una evolución fuera de lo esperado para la edad cronológica que corresponde, pero es muy recomendable para tomarlo como base para la intervención.

 

Cuca Fernández Maseda

Licenciada en Pedagogía

Centro Psicológico Loreto Charques

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